Felicidad, enigmática palabra.


Y así sin más te fuiste. Sin explicaciones, sin excusas, sin un previo aviso de volvernos a ver. Te alejaste y desapareciste como el sol desaparece en el sombrío atardecer, dejando al mundo a merced de la fría noche, llena de incertidumbre y tristeza, sin luces que alumbren y guíen a cada sujeto perdido que la vive, sin saber qué hacer. Así dejaste mi corazón, oscuro, frío, lleno de incertidumbre y miedo. Miedo a la soledad, o miedo a no ser capaz de aprender a vivir sin ti y tus extraños pero amados rasgos. Los días pasaron, los meses los siguieron, pero no veía señal alguna de volver a encontrarnos. Te echaba de menos, de veras lo hacía. Duros Diciembres con tu lado de la cama frío y vacío pasaban, y mi corazón, del cual nunca había estado segura, ni de su capacidad de amar, no recuperaba la fortaleza que antes lo había caracterizado. No conseguía recomponerse, no conseguía recomponerlo.
Paseaba como alma en pena por las calles, cabizbaja y sin ánimo apenas para respirar, y comprendía, a cada paso que daba, que aquella situación no mejoraría, pues no estabas para mejorarla. No mejorará por tu culpa retumbó mi cansada pero persistente cabeza. El corazón  dio un millón de vueltas, la cara, iluminada, recuperó la alegría que antes hubiera tenido,  el cabello recobró su fuerza natural, los ojos, su brillo constante y soñador. Y entonces, no pronto, pero no demasiado tarde, comprendí, me hice saber y  tatué por siempre en mi mente, el secreto de mi felicidad y fortaleza perpetua. La más sana y linda dependencia, es hacia tu mismo ser, y hacia su mismo corazón.




Este texto improvisado sólo tiene una función en este blog, transmitir mi sincera opinión; Esperar que los demás nos hagan felices desatará no más que la infelicidad más cruda y cruel.

 NUESTRA FELICIDAD NO DEPENDE DE NADIE MÁS, TAN SÓLO DE NOSOTROS MISMOS.

PD: ¡¡ En este 31 de Diciembre, os deseo, glotones, que paséis la mejor de las Nocheviejas y que seáis felices el próximo 2013  !!



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